6) Cuídate De Mirar A Los Demás Como Inferiores
“¿Y por qué miras la mota que está en el ojo de tu hermano, y no te das cuenta de la viga que está en tu propio ojo? ¿O cómo puedes decir a tu hermano: “Déjame sacarte la mota del ojo”, cuando la viga está en tu ojo? ¡Hipócrita! Saca primero la viga de tu ojo, y entonces verás con claridad para sacar la mota del ojo de tu hermano” (Mateo 7:3-5).
Responder al pecado de otros con un cierto desprecio o asco o sentirnos superiores o más justos, es contraproducente, injusto y totalmente anticristiano. Nuestro propios pecados a veces nos ciegan a nuestras propias faltas y nos hacen hipersensibles a ver sólo las fallas de los demás.
Aunque la Biblia si nos exhorta a recordarnos los unos a los otros de qué formas debemos de vivir en justicia y verdad, esta no es nuestra misión primordial. Debemos estar mucho más atentos a nuestros propios pecados.
Cuando veas el impacto que el pecado ha tenido en la vida de otra persona, toma un momento de introspección para analizar tu propia vida. Haz una oración como el rey David pidiendo que toda raíz de tu pecado sea removida.
“Escudríñame, oh Dios, y conoce mi corazón; Pruébame y conoce mis inquietudes. Y ve si hay en mí camino malo, y guíame en el camino eterno” (Salmo 139:23-24).