TODO PASARÁ
En medio de tantas expectativas, es fácil olvidarnos de una firme realidad: todas estas cosas pasarán (1 Jn. 2:17). Disfrutaremos las tradiciones que rodean la Navidad, pero alguien tendrá que limpiar todo el pino que lanzamos sobre el suelo. Nos gozaremos con ver las primeras sonrisas de mi sobrino, pero (aunque siempre lo amaremos) la emoción se desplomará y habrán momentos en que vamos a querer darle nalgadas más que besos. ¡Nos emocionaremos al ver esas letras amarillas en la pantalla y oír las trompetas ruidosas de esa canción temática tan clásica, pero siempre habrán más películas! Disfrutaremos las semanas libres pero en enero todos regresarán a clases y se pondrán a soñar con las próximas vacaciones.
Lo irónico de la Navidad es que llenamos esta temporada con expectativas que se rompen fácilmente cuando el corazón de la Navidad se trata de la venida de algo que no se puede romper. O mejor dicho: de Alguien.