- María: La Mujer Que Es Bendita Entre Las Mujeres
Maria, una virgen prometida a un hombre llamado José fue visitada por el ángel Gabriel quien le dijo:
“—No tengas miedo, María —le dijo el ángel—, ¡porque has hallado el favor de Dios! Concebirás y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Él será muy grande y lo llamarán Hijo del Altísimo. El Señor Dios le dará el trono de su antepasado David. Y reinará sobre Israel[a] para siempre; ¡su reino no tendrá fin!” (Lucas 1:30-33).
María tenía preguntas de cómo algo como esto podría suceder por lo que el ángel le contestó : “El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra. Por lo tanto, el bebé que nacerá será santo y será llamado Hijo de Dios” (Lucas 1:35). Maria aceptó estas palabras y creyó con toda su fe. Cuando fue a visitar a su prima Elisabet ella se dirigió a María diciendo: “Dios te ha bendecido más que a todas las mujeres, y tu hijo es bendito” (Lucas 1:42).
María creyó que las promesas de Dios serían cumplidas.
Un ángel de Dios también visitó a José quien le rectifico y apaciguó la duda de José respecto al embarazo de María. Como podemos ver en el libro de Mateo capítulo 1, José tomó por esposa a María pero no consumó el matrimonio hasta después de que ella diera a luz. María y José viajaron a Belén para tomar parte de un censo y fue durante ese tiempo que María dio a luz en el mas humilde de los lugares.
Maria atesoró muchas cosas mientras cuidaba y criaba a Jesús, sin embargo, tuvo que aguantar uno de los sacrificios más grandes de todos los tiempos, el hijo que ella dio a luz, vino al mundo por parte de Dios para entregarse en sacrificio, el único sacrificio, que pudo cambiar y redimir a la humanidad. Ella tuvo que ver a su hijo sufrir, ser torturado, ser escupido y burlado antes de morir una muerte violenta en una cruz.
En el libro de Juan capitulo 19, podemos ver:
“Estaban de pie junto a la cruz la madre de Jesús, la hermana de su madre, María la esposa de Cleofás y María Magdalena. Cuando Jesús vio a su madre al lado del discípulo que él amaba, le dijo: «Apreciada mujer, ahí tienes a tu hijo». Y al discípulo le dijo: «Ahí tienes a tu madre».Y, a partir de entonces, ese discípulo la llevó a vivir a su casa” (Juan 19:25-27).
Aun estando en su lecho de muerte, Jesús, procuro cuidar a su madre y le dejó a los discípulos como hijos nuevos. Maria fue bendita por Dios puesto que fue escogida entre todas la mujeres para nutrir y cuidar a su hijo. Y aun a pesar de la muerte, también hubo alegría puesto que su hijo no quedó muerto sino que derrotó a la muerte, se levantó y así aseguró vida eterna para todo aquel que crea en Él.