- Corazones perversos no tienen conciencia ni remordimiento.
No tienen ningún tipo de lucha entre lo bueno y lo malo, al contrario, se jactan de esto como si fuera característica de un buen carácter. (Proverbios 2:12-15; 10:23; 12;10; 21:27-29; Isaias 32:6; Romanos 1:30; 2 Corintios 11:13-15).