- Corazones perversos juegan con las buenas intenciones de la gente y los hacen sentir mal.
Siempre quieren que se les perdone pero nunca perdonan. Quieren cariño, perdón, y comprensión de aquellos a quienes ellos mismos han lastimado sin empatía por el dolor que han causado y sin ninguna intención real de hacer enmiendas para reparar el daño causado. (Proverbios 21:10; 1 Pedro 2:16; Jueces 1:4).