- Pena
El Espíritu de Dios nos llama la atención cuando pecamos pero no nos avergüenza por nuestros errores. Acepta el hecho que la gracia de Jesucristo te hará libre de la pena que puedas sentir. “Todo el día mi ignominia está delante de mí, y la vergüenza de mi rostro me ha abrumado”( Salmo 44:15).
- Enojo
Si tienes poca paciencia y cualquier cosa te enfurece, necesitas averiguar el por que y dejar de hacer excusas. Busca ayuda profesional para poder resolver tus problemas de ira el cual es un hábito adictivo y destructivo. “Sea quitada de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritos, maledicencia, así como toda malicia” (Efesios 4:31).