1. Membresía para la iglesia
Atendí a muchas iglesias diferentes durante mi infancia y juventud, pero no solo asistía a estas iglesias sino que era parte de ellas, servía en ellas, y aprendía de ellas. Pero nunca estuve familiarizada con el concepto de “membresía de la iglesia” hasta que me moví a otro estado a la edad de 34 años.
Por primera vez en mi vida, tuve que asistir clases de membresía, no solo eso sino que también había mucha gente que quería “transferir” sus membresía de una iglesia a otra diciendo cosas como “obtener un certificado de transferencia” o miembro “activo vs. inactivo” esto parecía más como si la gente estuviera aplicando para un club exclusivo. Y aunque las membresías pueden ayudar a mantener un control mejor administrado para la iglesia y los congregantes, no hay ningún mandato bíblico que avale este tipo de practica. Las iglesias que adopten esta practica deberían de hacerlo para ayudar a la persona y no a excluir a aquellos que no tengan el interés o compromiso de ser miembro de tal o cual iglesia.