La última cena, que tuvo lugar horas antes de la crucifixión del Señor, fue un Séder (observancia de la Pascua). Anteriormente, los símbolos de la fiesta sólo habían señalado a la pasada redención de los hebreos de Egipto. Pero ese jueves por la noche, Jesús reveló el significado mesiánico de dos símbolos: el pan y el vino.
En un Séder, una bolsa de tela con compartimentos separados contiene tres hojas de matzá o pan sin levadura. El matzá de en medio es sacado y dividido. Una mitad se divide y distribuye; la otra está queda envuelta en una servilleta, oculta, y comprada de nuevo después de que se vuelve a encontrar.
Al partir el pan, Jesús dijo: “Tomad, comed; esto es mi cuerpo” (Mateo 26:26). En las Escrituras, la levadura simboliza el pecado, por lo que el pan sin levadura representa al Dios santo. En la bolsa dividida, la matzot (los dos matzá) se unifica, sin embargo cada parte es una identidad separada: una imagen de la Trinidad. El pan de en medio representa al Hijo, que dejó el lado de su Padre para habitar entre nosotros (Gálatas 4:4) y fue quebrantado por la humanidad (Isaías 53:5), envuelto en un sudario (Mateo 27:59), escondido en una tumba (v. 60), y resucitado (28:6). Nuestra redención fue, en efecto, costosa (1 Corintios 6:20).
El vino, el otro símbolo que Jesús enfatizó, se vierte cuatro veces en un Séder. Los eruditos creen que es la tercera copa – conocida como la copa de redención que Él llamó “mi sangre del nuevo pacto, que es derramada por muchos para el perdón de los pecados” (Mateo 26:27-28).
Cuando se habla de Jesús, siga su ejemplo de encontrarse con las personas donde se encuentran en cuanto a su comprensión, y luego llévelos a un conocimiento más profundo. Y a medida que tome la próxima Santa Cena, mire hacia atrás a lo que Cristo hizo por usted, y mire hacia adelante a su regreso, y recuerda que Él es nuestra Pascua (1 Corintios 5:7).
Tomado de “La Última Cena de Cristo” por In Touch Ministries (utilizado con permiso).
Charles Stanley
Traducción por Julie Núñez