#CoaliciónResponde es una serie donde pastores y líderes de la iglesia responden a inquietudes que llegan a Coalición por el Evangelio por diversos medios, y que son parte de las inquietudes que caracterizan la iglesia en nuestra región.
La respuesta corta a esta pregunta es, “Sí, lo son”.
La respuesta mediana es “Sí, el reporte de la Biblia de las palabras de los amigos de Job es inspirado por Dios. Sin embargo, la Biblia no aprueba todo lo que dice”.
Ahora, aquí va la respuesta más larga.
Toda Escritura es exhalada por Dios
Los cristianos creemos en que cada Palabra de la Escritura es inspirada por Dios. Hay diversos pasajes que nos llevan a esta conclusión, pero tal vez el texto más pertinente es 2 Timoteo 3:16-17: “Toda Escritura es inspirada (literalmente, “exhalada”) por Dios y útil para enseñar, para reprender, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, equipado para toda buena obra”. Toda Escritura es exhalada por Dios, lo que implica que cada palabra que tenemos en la Biblia es una palabra de Dios, y es para nosotros.
Ahora bien, no todo lo que dice la Biblia es verdad. Algunas cosas son evidentemente falsas, y deben ser entendidas en su contexto. Por ejemplo, alguien pudiera decir “La Biblia dice ‘No hay Dios’”, citando el Salmo 14:1. Sin embargo, ignoraría que el contexto nos muestra que es el necio que niega a Dios, lo cual lo hace poco confiable. De manera similar, alguien pudiera decir que yo estoy enseñando que la Biblia dice mentiras, no entendiendo el contexto en que escribí el inicio de este párrafo.
Permíteme presentar otro caso. “Ciertamente no morirán, sino que Dios sabe que…”. Estas palabras son una obvia falsedad de la serpiente a nuestros padres. Son palabras del diablo, el padre de mentira (Jn. 8:44). Su contenido es nocivo, una tergiversación de la clara enseñanza de Dios que pone en juego el carácter y bondad de nuestro Padre celestial. Y sin embargo, estas palabras también son “inspiradas por Dios” y “útiles para enseñar”. ¿Cómo es esto posible? Primero, porque el recuento que hace el autor bíblico (Moisés en esta ocasión) es fidedigno, y guiado por el Espíritu de Dios (cp. Mr. 7:9, donde Jesús habla de la escritura de Moisés como Palabra de Dios). Segundo, porque en su contexto nos muestra la verdadera naturaleza de Satanás, lo necio del pecado de Eva y Adán, y la justa condena de Dios para con el hombre. Dios no inspiró a Satanás a mentir, pero sí inspiró a Moisés a registrar esa mentira particular del diablo.
El error de los amigos de Job
Algo similar a estos dos ejemplos es lo que ocurre en el libro de Job. Este es uno de los libros más complejos y hermosos de toda la Biblia, y uno que la mayoría prefiere solo leer su principio y el final, debido a lo complicado del intercambio entre Job y sus amigos. Luego de la tragedia de Job (aquel hombre que perdió sus bienes materiales, su salud, y sus diez hijos), sus amigos vienen a consolarle.
Al principio, ellos lo hacen muy bien. Se quedan silentes por una semana ya que “veían que su dolor era muy grande” (Job 2:13). Pero luego ellos acusaron a Job de ser un malvado y haberse ganado tal aflicción (Job 22:4-5), y de que Dios mató a sus hijos debido a la iniquidad de los jóvenes (Job 8:4).
En su comentario del libro de Job, Cristopher Ash resume la teología de los amigos de Job de la siguiente manera:
- Dios está absolutamente en control.
- Dios es absolutamente justo.
- Por tanto, Él siempre castiga la maldad y bendice la justicia. Siempre (y pronto, y ciertamente en esta vida). Si Él hiciera otra cosa, entonces Él sería injusto, y eso es inconcebible.
- Por tanto, si yo sufro es porque yo he pecado y estoy siendo castigado justamente por mi pecado.
La teología de estos amigos tenía mucho correcto. El problema principal es que trataron algo que pasa muchas veces como algo que pasa siempre. Muchas veces Dios bendice a sus hijos y castiga a los impíos. Eso lo enseña una y otra vez el libro de Proverbios. Pero Eclesiastés nos trae el balance y nos muestra que, debajo del sol, las cosas no siempre son así. Y los lectores de Job sabemos que la desdicha de este justo tiene que ver con el plano celestial, no con las acciones de los hombres (Job 1 y 2). Además, las palabras de los amigos de Job están carentes de misericordia y cuidado pastoral. Si tan solo hubieran durado más tiempo callados, probablemente hubieran cumplido su rol de condolerse con él y consolarlo (Job 2:11). Pero al hablar, erraron al blanco.
Ahora, así como el Salmo 14 nos muestra las palabras del necio para nuestra reflexión, sin aprobar sus razonamientos, el autor del libro de Job nos provee del registro Divino de las palabras de los necios amigos de Job, de donde podemos aprender y reflexionar. De hecho, el mismo Job también es reprendido por sus palabras, por lo que debemos tener cuidado de andar citando descuidadamente este libro. Como con toda la Escritura, debemos estar atentos al contexto de cada texto, para así poder entender el propósito de Dios al darnos su Santa Biblia.
Al final, Dios guardó en su Libro las palabras de los amigos de Job para nuestro provecho (Ro. 15:4), como advertencia (1 Co. 10), y para que encontremos sabiduría y esperanza en las Escrituras. Que a través de ellas Dios nos guarde de quedarnos solo en un mundo teológico alejado de la realidad, porque la verdadera teología se conoce por sus frutos.
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Este es un artículo escrito por Jairo Namnún originalmente publicado en COALICIÓN POR EL EVANGELIO. Publicado con permiso del autor. Todos los derechos reservados.
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