5. Haz el compromiso
Ya que la Biblia es lo que es, es digna de que tú y yo nos comprometamos a leerla constantemente y consistentemente. Te pediría que hagas el compromiso de que no pase un día sin que hayas pasado tiempo en la Escritura. Tan pronto tengas el hábito, será más fácil continuarlo aun cuando no tienes deseo. Y nuestro Dios es tan bueno que él ve nuestros débiles esfuerzos y los recompensa con Su gracia y favor que nos lleva capacita para esforzarnos más. Tal vez sería buenísimo que puedas compartir con alguien este compromiso, tal vez tu esposo o esposa o algún amigo, y que puedan leer juntos o comentar sobre lo que están leyendo. Después de todo, escuchar y leer la Biblia juntos ha sido parte del pueblo de Dios desde hace miles de años.
Como puedes ver, no hay un truco mágico para desarrollar deseo por la Biblia. Pero sí está el mandato del Señor de desear, conocer, manejar y apreciar Su Palabra. Por tanto, mientras llega el deseo, ¡lee la Biblia!
“Pero a éste miraré: al que es humilde y contrito de espíritu, y que tiembla ante mi palabra”, Isaías 66:2
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Este es un artículo escrito por Jairo Namnún originalmente publicado en COALICIÓN POR EL EVANGELIO. Publicado con permiso del autor. Todos los derechos reservados.
Encuentre el artículo original en: ¿QUÉ HAGO SI NO TENGO DESEO DE LEER LA BIBLIA?
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