1. Ve al Señor en arrepentimiento
A lo largo de la Palabra de Dios, vemos la tendencia del corazón del hombre a ignorar la voz de Dios e ir en busca de otras voces más similares a las nuestras. Este era un clamor constante de los profetas (cp. Jer. 7:27; Amos 8:11; Ez. 2:7). Nosotros, los cristianos, tenemos el Espíritu Santo que nos lleva a anhelar las cosas de Dios. Y somos ovejas del Señor, que oímos su voz. Pero el pecado nos envuelve fácilmente y nos resta velocidad en nuestra carrera a obedecer la voz de Dios. Es por esto que necesitamos ir delante de Él y reconocer nuestra falta de deseo por escuchar y obedecer Su voz revelada en Su Palabra. Si deseamos amar más la Biblia, antes que cualquier otra cosa debemos ir donde Dios y pedirle perdón por no amarle a Él lo suficiente (honestamente, por amar a otras cosas más que a Él), lo que nos lleva a no buscarle constantemente. Los seres humanos estamos siempre buscando sabiduría y consejo: si no lo buscamos en la Biblia, debemos pedirle perdón a Dios por estar buscándolo en otro lugar.