Estar Motivado Por Pena Y No Por Amor.
“Sentimientos de pena o condenación son a menudo evidencia de creer que la opinión que Dios tiene sobre ti es determinada por cuanto lo has buscado, obedecido o amado. En primer lugar, Dios nunca se comunica por medios de ofensas o condenaciones, esos sentimientos tienen raíces en otras cosas. En segundo lugar, nosotros no podemos dictar qué es lo que Dios puede sentir por nosotros. Dios es amor, y su cariño por ti fue perfectamente demostrado en la vida, muerte y resurrección de su hijo Jesús. En tercer lugar, “amamos porque primero fuimos amados” (1 de Juan 4:19). Tu vida devocional siempre ha sido intencionada para ser una respuesta de la revelación de su amor por ti, y no motivada por tu miedo a su ira o decepciones.”
Rebecca Barlow Jordan, una autora y conferencista tiene sus propios pensamientos para compartir. Jordan expone que los cristianos hemos falsamente creado un hueco entre nosotros y Dios que hemos llenado con todo el dolor y las decepciones que una vida puede ofrecer.