4) Lee la Biblia con Jesús en mente. Nuestro Señor nos enseñó al final de Lucas que toda la Escritura se trata de Él, como la imagen perfecta de Dios (Lc. 24:25-27). El apóstol nos enseña que es en Cristo Jesús que las promesas de Dios son cumplidas (2 Co. 1:20). Entonces, de una manera u otra, cada texto de la Escritura va a apuntar a nuestro Salvador. A veces es como un tipo, como una imagen que nos apunta a Él en el futuro. A veces es como un requerimiento de algo que Él iba a cumplir. A veces es una muestra de la santidad de Dios, santidad que requería un sacrificio perfecto. A veces como una muestra de la provisión de Dios. Por supuesto, no trates de forzar a Jesús en el pasaje: más bien, encuentra la avenida principal o la calle más pequeña que te apunta hacia Jesús y hacia su cruz. Abajo recomiendo algunos artículos que te ayudarán en esta tarea.