Entonces, podemos ver que nuestras oraciones no necesitan ser una larga lista de peticiones, ni tampoco una enredada queja o un llanto pesado. Por el contrario, aprendimos que Jesús clamó a Dios en todo momento, dando gracias por las bendiciones, milagros y favores que Dios suple, asi como tambien pidiendo por sus necesidades, por sus dificultades y por sus circunstancias, muchas de las cuales ciertamente eran motivo para hacer llorar o enojar a cualquier persona. Sin embargo, Jesús siempre clamó a Dios en oración con reverencia, con sinceridad, con entrega y con convicción absoluta en el poder, gracia, perdón y gloria infinita de Dios al ponerse siempre en las manos y cuidado del Padre Celestial.
Éste artículo es solo una pequeña parte de nuestros muchos recursos sobre la oración recopilados para darte aliento e inspiración cuando pases por momentos difíciles en tu vida. Puedes visitar la sección de “oraciones populares” si alguna vez tienes duda de cómo hacer una oración. Recuerda que el Espíritu Santo intercede por nosotros y que Dios conoce nuestros corazones aun cuando no podamos encontrar las palabras correctas para comunicarnos con Él.