Jesús continúa diciendo: “Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal” pues sabe que tendremos tentaciones y problemas en nuestras vidas; sin embargo sabe que también podemos siempre pedir y contar con la protección del Padre quien nos puede librar de tentación y de toda maldad. De esta forma, una vez más Jesús, se somete a la voluntad del padre y a su protección en contra de todo mal lo que al mismo tiempo enseña que Jesús está confiado plenamente en que solo la protección de Dios puede perdurar.