Un antiguo predicador decía que los creyentes nunca nos levantaremos por encima de nuestra vida de oración. En otras palabras la calidad de nuestras vidas en Cristo están íntimamente ligadas a la disciplina de la oración. Por eso, no es exagerado decir que la santidad, el gozo, la madurez y el crecimiento cristiano están de alguna manera subordinados a la calidad de nuestra devociones.
En todas las edades, esto ha sido una realidad en el pueblo de Dios. Los patriarcas y los profetas de Israel, los apóstoles de Jesucristo, los padres de la iglesia y los líderes que sobresalieron antes, durante y después de la Reforma protestante, todos fueron hombres prominentes en la oración.
A la luz de estos ejemplos y tomando en cuenta que orar es un mandato bíblico, que nos representan muchos y variados beneficios, entonces, debemos ser cuidadosos en establecer el habito de oración. Es decir, los creyentes debemos orar con regularidad y creo que todos coincidimos con esto.
Pero si somos honestos, debemos reconocer que muchos de nosotros (en ocasiones) hemos descuidados nuestras devociones personales. Me temo que esto es cierto de la gran mayoría entre el pueblo de Dios. Aun más, muchos que han descuidado su vida de oración en algún momento la han retomado y han vuelto a descuidarla. Creo que muchos creyentes movidos por sus convicciones, han querido establecer una vida de oración, pero no han sido consistentes.
Es por eso que quiero presentar cuatro pasos que debemos tomar si queremos recuperar nuestra vida de oración. Estos nos pueden ayudar no solo a retomar, sino también a fortalecer y a no descuidar nuestras devociones:
Arrepiéntete
Si partimos de la premisa que la oración es un mandato bíblico, entonces el descuido de la vida de oración debe ser considerado como un pecado. Quizá el abandono de esta disciplina es vista más bien como un ‘inocente descuido’ y no tanto como un acto de desobediencia. Por eso, como con cualquier otro pecado, la falta de oración nos debe producir un sentido de preocupación, alarma y lamento. A partir de aquí, si deseamos ser obedientes, recuperar y no descuidar nuestra vida de oración, debemos empezar reconociendo que hemos fallado, arrepentirnos y pedir perdón a Dios. Lo más preocupante en esta falta de disciplina para la oración es la ligereza que tenemos al referirnos a ella. La falta de interés y compromiso para orar, el descuido y la inconsistencia en la disciplina de oración deben ser tenidas como un pecado de los que debemos arrepentirnos. Esa es la base para retomar nuestras devociones personales.
Rinde cuentas
El rey Salomón decía “dos son mejor que uno”(Eclesiastés 4:9). Y si esto es cierto en todo aspecto de la vida, también será cierto y útil para mantener las disciplinas espirituales. Es decir, es recomendable pedir a un hermano maduro en la fe para que nos ayude en este proceso. Que esa persona goce de la liberta de preguntarnos con regularidad si estamos orando. Por lo general este debe ser tu pastor, tu líder o algún mentor dentro de tu iglesia. Cuando rendimos cuentas, estamos dando pasos saludables para asegurar nuestro cuidado en las disciplinas espirituales. Para el efecto, pueden establecer algunos días donde se reúnan para orar juntos. Esto fortalecerá nuestra disposición a la oración.
Usa recordatorios
Desde un aspecto práctico, podemos hacer uso de algunos recordatorios. Es decir, para mantenernos sin olvidar la necesidad de orar, podemos usar algunos avisos para estar alertas. Puedes escribir en pedazos de papel algunas citas bíblicas que nos recuerdan de la oración (1 Tesalonicenses 5:17 &Colosenses 4:2) y colocarlas en distintas lugares. Ya sea en la refrigeradora, en el carro, en tu calendario, en la mesa de noche, aun en la parte exterior de tu Biblia. Si tienes un teléfono celular, puedes usarlo para que siempre tengas presente la importancia de la oración.
Lee material que se enfocan en la oración
Otra práctica que nos ayudará a no descuidar la disciplina de la oración, es leer con alguna frecuencia material que abordan la importancia y los beneficios de la oración. Puedes visitar sitios en Internet, blogs cristianos dónde encuentres artículos que te servirán de ánimo e inspiración para no descuidar tu vida devocional. Otra forma es leer con regularidad libros que se enfoque estrictamente en la oración. Leer artículos, libros y aun mirar en internet sermones acerca de la oración, pueden ayudarte en este sentido.
Que el Señor nos ayude.
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Este es un artículo escrito por Gerson Morey originalmente publicado en COALICIÓN POR EL EVANGELIO. Publicado con permiso del autor. Todos los derechos reservados.
Encuentre el artículo original en: CÓMO RECUPERAR NUESTRA VIDA EN ORACIÓN
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