3. Que Dios los libre milagrosamente del mal y provea para todas sus necesidades físicas, emocionales y espirituales.
Oremos para que Dios provea para todas las necesidades de nuestros hermanos que sufren y que nunca pierdan la esperanza.
“Afligidos en todo, pero no agobiados; perplejos, pero no desesperados; perseguidos, pero no abandonados; derribados, pero no destruidos; llevando siempre en el cuerpo por todas partes la muerte de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestro cuerpo” (2 Corintios 4:8-10).